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10.11.2013

NIBIRU V: LA BUSQUEDA








En esta última entrega de nuestra serie sobre Zecharia Sitchin y el Descubrimiento de Nibiru contaremos la Historia de la Búsqueda del planeta Nibiru y analizaremos las posibilidades reales de su existencia. Cuando Zecharia Sitchin publicó su Primer Libro sobre los Anunnaki y Nibiru en 1976, la búsqueda del planeta perdido de nuestro Sistema Solar ya tenía casi cien años.


El planeta Sedna tiene una órbita de 10,500 años y es un antecedente sobre la 
posibilidad de la existencia de Nibiru. La última vez que Sedna pasó cerca al 
centro del Sistema Solar, la Tierra estaba saliendo de la última Era Glacial. 


Si bien los trabajos de Zecharia Sitchin sobre la Astronomía sumeria nos presentan sólidos argumentos para establecer la existencia de Nibiru, se hace necesario revisar las Teorías de Sitchin a la luz de algunos Descubrimientos científicos y otras Investigaciones.



LA ORBITA GIGANTE DE NIBIRU

Según las investigaciones de Zecharia Sitchin la órbita de Nibiru es de 3,600 años. La pregunta que cabe hacerse es ¿Existe algún planeta en el Sistema Solar que tenga una órbita tan grande?

La órbita más larga de los planetas “oficiales” del Sistema Solar pertenece a Neptuno y dura 165 años terrestres.

Si bien en una entrega anterior vimos que el cometa Kohoutek tiene una órbita de 75,000 años, se hace necesario investigar si existe algún otro cuerpo celeste con un recorrido similar en las cercanías del Sistema Solar. Existe y se llama, Sedna.

Revisemos el caso del planeta Sedna porque es un antecedente importante que refuerza la posibilidad de la existencia del planeta Nibiru.

Sedna fue descubierto en el 2003, y tiene una órbita de 10,500 años, casi el triple de la que propone Sitchin para el planeta Nibiru.

El Astrónomo Michael Brown del Instituto Tecnológico de California, uno de sus descubridores, declaró que este Planeta era el lugar más frio y lejano del Sistema Solar. Por esto lo bautizó con el nombre de Sedna, una de las Diosas principales de la Mitología esquimal.

En el 2012, Sedna se encuentra a una distancia Tres Veces más lejana del Sol que Neptuno. Según Michael Brown, si alguien estuviera, en este momento, en la superficie del planeta Sedna, una cabeza de alfiler sería suficiente para bloquear la luz del Sol.



Desde la superficie del planeta Sedna, en el afelio -punto más alejado del Sol- de su órbita, la luz del Sol se puede bloquear con la punta de un alfiler. 


El planeta Sedna es ligeramente más pequeño que Plutón y su órbita no transcurre en el mismo plano que la mayoría de planetas del Sistema Solar porque está inclinada 17 grados sobre la Eclíptica. La Eclíptica es el plano en el que orbitan la mayoría de Planetas del Sistema Solar en relación al Sol.

El ex-planeta Plutón es uno de los pocos que orbita en un plano diferente al del Eclíptica, con un Angulo de Inclinación de 17 grados. Esos 17 grados de inclinación sobre la Eclíptica y su lejanía del Sol, fueron los motivos por los que Plutón no fue descubierto sino hasta el año 1930. Lo mismo sucedió con Sedna, que tiene una inclinación de 11 grados sobre la Eclíptica del Sistema Solar y no fue descubierto hasta el 2003.

La conclusión es simple: si un Planeta tiene una órbita de miles de años de duración con una inclinación pronunciada sobre el Plano de la Eclíptica del Sistema Solar, como podría ser el caso de Nibiru, este será más difícil de descubrir.

Además, para poder descubrir un planeta lejano los Astrónomos necesitan observar detenidamente a la Estrella o Sol del Sistema donde se encuentra el Planeta. Si observando la Estrella ven que su luz disminuye momentáneamente, entonces pueden inferir que su luz disminuyó porque un Planeta cruzó entre la Estrella y nosotros, bloqueando temporalmente su luz. 


Es así como se descubrió el Planeta que hoy tiene más posibilidades de albergar vida, el famoso Gliese 581c. Esta técnica de descubrimiento de planetas depende tanto de la interpretación de los Valores Numéricos relacionados a la disminución en la luz de las estrellas que aún existe un debate sobre si Gliese 581c existe o no. Para algunos es un Planeta, para otros es un error de cálculo.

Entonces, si Nibiru orbitara, aproximadamente, dos veces más lejos del Sol que Neptuno y tuviera un Angulo de Inclinación de más de 30 grados sobre la Eclíptica del Sistema Solar, identificarlo puede ser una tarea casi imposible.




El planeta Sedna es más pequeño que la Luna y Plutón. Su masa no es 
suficiente para haber provocado las anomalías observadas en las 
órbitas de Urano y Neptuno. 


Existen varias Teorías sobre el origen de la extraña órbita del planeta Sedna: el Planeta podría haber caído en esa órbita como consecuencia del paso de una Estrella cercana, podría haber pertenecido originalmente a otro Sistema y haber sido capturado por las Fuerzas Gravitacionales de nuestro Sistema Solar, o como propone Michael Brown podría ser la evidencia de la existencia de un Planeta desconocido más allá de la órbita de Neptuno.

“No hay forma de que Sedna esté donde está. Nunca está tan cerca como para ser afectado por el Sol, pero tampoco está lo suficientemente lejos del Sol como para ser afectado por otras Estrellas.”

Esta última Hipótesis sobre la posibilidad de que exista un Planeta escondido en los confines del Sistema Solar es más antigua que las Teorías de Zecharia Sitchin sobre Nibiru.



NIBIRU Y EL PLANETA X

Desde el Siglo XIX, los científicos habían detectado algunas anomalías inexplicables en la órbita de Urano. El Descubrimiento de Neptuno fue consecuencia de la búsqueda a una respuesta para estas irregularidades y fue la primera vez que un Planeta fue descubierto a través de Predicciones matemáticas en lugar de observaciones empíricas.

Pero el Descubrimiento de Neptuno de 1846 no fue suficiente para explicar todas las irregularidades observadas en la órbita de Urano. Los Astrónomos observaron otras irregularidades sin explicación aparente en la órbita del mismo Neptuno. Se especuló entonces que podría existir otro Planeta más allá de la órbita de Neptuno.

El Astrónomo Percival Lowell [1855-1916] pasó a la Historia por afirmar que había observado una red de Canales en la superficie del planeta Marte, supuestamente construidos por los habitantes del Planeta Rojo.Pero eso no fue lo único que hizo Lowell, él también sostuvo que las irregularidades en las órbitas de Urano y Neptuno tendrían sentido si existiera un Planeta gigante desconocido. 


Lowell dedicó la última parte de su vida a la Búsqueda de este Planeta y lo bautizó como el “Planeta X”. Según Lowell, los planetas Urano y Neptuno fueron desplazados de sus órbitas originales a causa de la gravedad producida por el “Planeta X”.


Perciwall Lowell [1855-1916] no pudo probar ninguna de sus Teorías, ni su Teoría 
sobre los Canales de Marte, ni la del "Planeta X". La Teoría de los Canales de 
Marte fue descartada cuando la sonda Voyager fotografió la superficie del 
planeta y no encontró ningún canal como los que afirmaba haber visto Lowell.


Desde ese entonces, el “Planeta X” ha sido incorporado irresponsablemente a la búsqueda de Nibiru como si se tratara del mismo Planeta. Lo cierto es que no tenemos ninguna evidencia de que Nibiru sea el “Planeta X” que Lowell estaba buscando. Hasta donde sabemos puede serlo o no.

Para implementar su búsqueda del “Planeta X”, Lowell construyó un Observatorio Espacial en Arizona. Catorce años después de su muerte, uno de los Astrónomos que trabajaban en el Observatorio descubrió, cerca de la posición en la que Lowell esperaba encontrar al “Planeta X”, al planeta Plutón.




NIBIRU, SITCHIN Y ROBERT HARRINGTON

En los años Ochenta, los Astrónomos Robert Harrington [1942-1993] y Tom Van Flandern [1940-2009] del Observatorio Naval de los Estados Unidos, continuaron con la investigación de Lowell. La NASA, en 1982, anunció que uno de los Objetivos de su Telescopio espacial IRAS sería la Búsqueda del esquivo “Planeta X”.

El Equipo de Robert Harrington propuso que si el “Planeta X” existía, debería encontrarse en la Región de Escorpio o en la de Tauro. En 1988, el Dr. Harrington llegó incluso a publicar una investigación sobre la ubicación del “Planeta X”. El Equipo de Harrington creía que el “Planeta X” era Cinco Veces más grande que la Tierra y que estaba Tres Veces más lejos del Sol que Plutón.

Por su parte, el Astrónomo Tom Van Flandern propuso que un planeta con una masa de Dos a Cinco veces la de la Tierra podría explicar las irregularidades observadas en las órbitas de Urano y de Neptuno, pero sólo si estuviera ubicado, Cincuenta o Cien Veces más lejos del Sol que la Tierra. La órbita que Van Flandern propuso para el “Planeta X” era de 500 a 1,000 años.



Arriba, el Astrónomo Thomas Van Flandern quien teorizó sobre la existencia 
del "Planeta X" y sobre las anomalías encontradas en el planeta Marte. 
Abajo, el Astrónomo Robert Harrington del Observatorio Naval de los 
Estados Unidos, quien intentó encontrar al "Planeta X" durante los años 
ochenta. El "Planeta X" podría estar relacionado con el planeta Nibiru.


Algunas Notas de Prensa publicadas durante los años Ochenta se usaron y siguen siendo usadas como el arma principal de los defensores de la existencia de Nibiru. Uno de estos reportes publicado en el año 1983 sostenía que se había encontrado un cuerpo celeste tan grande como el planeta Júpiter en la Constelación de Orión:

“Un cuerpo celeste tan grande como Júpiter y posiblemente tan cerca de la Tierra como para ser parte del Sistema Solar, ha sido encontrado en dirección a la Constelación de Orión por el Telescopio Espacial Infrarrojo IRAS. Este Objeto es tan misterioso que los Astrónomos no saben si es un Planeta, un Cometa gigante, una Proto-Estrella que nunca se calentó lo suficiente como para convertirse en una Estrella, una Galaxia distante tan joven que aún está en el proceso de formar sus primeras Estrellas o una Galaxia tan envuelta en polvo cósmico que la luz que emiten sus Estrellas es imposible de percibir. `Todo lo que puedo decirles es que no sabemos lo que es´ declaró Gerry Neugebauer, Jefe Científico del IRAS.

La noticia, misteriosamente, no siguió desarrollándose en los Medios de Comunicación, y fue progresivamente relativizada y minimizada hasta desaparecer de la cobertura mediática.

La Nota de Prensa anterior y la Investigación publicada por Harrington provocaron que Zecharia Sitchin y muchos defensores de la existencia de Nibiru sostuvieran, en ese entonces, que el planeta Nibiru o el “Planeta X” había sido descubierto. Esto está muy lejos de la realidad.

El Texto de la Nota de Prensa denota que lo que descubrieron los Astrónomos del IRAS puede ser desde un Asteroide gigante hasta una extraña Galaxia. No tiene que ser necesariamente un Planeta.

Por otro lado, los Estudios de Harrington y de Van Flandern se basaron en Datos recogidos a lo largo de varios siglos que no han sido verificados. Además, algunos científicos sostienen que las anomalías en las órbitas de Urano y Neptuno son extremadamente pequeñas. Inclusive, un grupo de Astrónomos del Jet Propulsion Laboratory, o JPL, propuso que los Datos en los que se basaron Harrington y Van Flandern sugerían irregularidades en las órbitas de la mayoría de Planetas del Sistema Solar. 


Las Hipótesis de Van Flandern y Harrington no pueden ser descartadas totalmente ni presentadas como evidencia concluyente. Las Investigaciones de ambos científicos deben de ser tomadas en cuenta y analizadas con la ayuda de las Nuevas Tecnologías.


En un Pasado Remoto la Tierra pudo haber tenido Dos Soles según 
la Teoría del Segundo Sol o Némesis. El caso de Némesis no está 
relacionado con el Tema de Nibiru. 



NIBIRU Y NEMESIS, O EL SEGUNDO SOL DEL SISTEMA SOLAR

Una Segunda Hipótesis incorporada, ingenuamente o a propósito, a las Investigaciones sobre la existencia del planeta Nibiru, es la de Némesis o el Segundo Sol de nuestro Sistema Solar.

Los nuevos Telescopios, en los últimos años, han revelado que una cantidad considerable de Sistemas Solares tienen Dos Estrellas o “Dos Soles”. La mayor parte de las Estrellas vienen en pares y nuestro Sol no tendría porque ser la excepción. En 1984, luego de una Serie de Investigaciones, algunos Científicos propusieron que nuestro Sistema Solar pudo haber tenido un Segundo Sol en el Pasado, y lo llamaron Némesis.

La Teoría de Némesis fue reforzada por los paleontólogos David Raup y John Sepkoski de la Universidad de Chicago. Estos científicos se dieron cuenta que las extinciones mayores ocurridas en el planeta Tierra mostraban, de acuerdo con el registro de fósiles, un patrón. 

Nuestro Planeta enfrenta un Período de Muerte y Destrucción cada 26 a 30 millones de años. Esos Períodos de Destrucción serían producidos por los acercamientos del Némesis de nuestro Sol a nuestro Sistema Planetario. Uno de los acercamientos de Nemesis habría provocado la extinción de los Dinosaurios. La destrucción estaría causada por la Fuerza Gravitacional que la enorme masa del gigantesco Némesis ejercería en nuestro Planeta.

Hasta el día de hoy, no tenemos ninguna prueba contundente que apoye la existencia de un Segundo Sol en nuestro Sistema Planetario. Sin embargo, algunos Telescopios de la NASA, como el WISE, lo siguen buscando y deberían terminar sus Análisis a mediados del 2012.

El “Planeta X”, Nemesis y Nibiru son Tres Casos diferentes que deben de ser estudiados por separado. El problema es que muchos Investigadores, en su afán por defender la existencia de Nibiru, han mezclado y siguen mezclando irresponsablemente todas estas Teorías. 

Lamentablemente, esto no provoca más que confusión y contribuye a la desinformación generalizada que existe sobre los Anunnaki y el planeta Nibiru.




La Fuerza Gravitacional generada por la masa de Némesis produciría 
catástrofes en la Tierra en cada uno de sus acercamientos. Estos sucederían
cada 26 a 30 millones de años. El caso de Némesis suele ser confundido 
con el de Nibiru.


La existencia de Nibiru, el “Planeta X”, o la de Némesis son Hipótesis que merecen investigarse en detalle a través de un esfuerzo multidisciplinario. Lo que tenemos hasta ahora, son sólo indicios que deberían señalar el camino para próximas Investigaciones.

Finalmente, el planeta Sedna es la prueba más importante para defender la posibilidad de la existencia de Nibiru con su gigantesca órbita de 3,600 años. En una próxima Serie de Entregas revisaremos en detalle Teorías de diferentes Investigadores como Richard C. Hoagland, Richard A.Day y Michael Tellinger, entre otros, que revelan interesantes posibilidades sobre la existencia de Nibiru.






[Continuará...]

Nibiru [I]: El Orígen
Nibiru [II]: El Enuma Elish
Nibiru [III]: La Orbita
Nibiru [IV]: La Ruta
Nibiru [V]: La Búsqueda

Las Crónicas Annunaki [I]
Las Crónicas Annunaki [II]
Las Crónicas Annunaki [III]
Las Crónicas Annunaki [IV]
Los Annunaki. La Conexión Azteca [I]
Los Annunaki. La Conexión Azteca [II]
Los Annunaki. La Conexión Perú [I]
Los Annunaki. La Conexión Perú [II]
Los Annunaki. La Conexión Perú [III]
Los Annunaki. La Conexión Perú [IV]
Los Annunaki. La Conexión Perú [V]
Los Annunaki. La Conexión Perú [VI]
Los Annunaki. La Conexión Perú [VII]





Diseño|Arte|Diagramación: Pachakamakin
Arte: M16 Nebulosa del Aguila, by John Nassr, del Stardust Observatory




FUENTES:

Zecharia Sitchin, 2007. Book I of The Earth Chronicles. The 12th Planet. Harper Collins.

 Ian Lawton, 2000. Sitchin’s Cosmology and Planet X.
 Thomas Van Flandern, 1993. Dark Matter, Missing Planets & New Comets. North Atlantic Books.

8.28.2012

NIBIRU III: LA ORBITA

Por Alan Brain








[Leer El Libro Perdido de Enki. Memorias de un Dios Extraterrestre.,
by Zecharia Sitchin]



En la última entrega sobre Nibiru, el planeta de los Anunnaki, vimos como Zecharia Sitchin interpreta el relato del Enuma Elish. Ahora vamos a analizar sobre que bases Zecharia Sitchin estableció que la órbita de este planeta es de 3,600 años terrestres. En los últimos años, se ha asociado al planeta Nibiru con el 2012, haciéndonos creer que este cuerpo celeste se acercará a la Tierra en los próximos meses causando una catástrofe climática. Esto no es cierto, al menos en la visión de Sitchin.



Detalle del texto sumerio clasificado como WB444 que menciona que la realeza
de Nibiruana bajó del cielo hace medio millón de años, y sobre el que Sitchin
fundamenta su teoría sobre la órbita de Nibiru.


Zecharia Sitchin podría haber calculado con precisión la duración de la orbita de Nibiru (3,600 años). Sin embargo, Sitchin no puede saber, como veremos más adelante, en qué año se deben empezar a contar esos períodos orbitales. Por consiguiente, se hace difícil saber con precisión cuando regresará el este planeta al Sistema Solar. Después de leer este artículo usted podrá sacar sus propias conclusiones sobre el regreso de Nibiru.



EL CONTINUO RETORNO DE NIBIRU 

Luego de la colisión entre Nibiru y el planeta Tiamat, narrada en el Enuma Elish, el planeta de los Anunnaki podría haberse alejado del Sistema Solar para perderse en el espacio. Sin embargo, según Zecharia Sitchin, no fue así. Las fuerzas gravitatorias que provocaron la colisión entre el planeta de los Anunnaki y el planeta Tiamat, condenaron al primero a un continuo retorno a través de una órbita gigantesca. 

Sus regresos o acercamientos a la región central del Sistema Solar provocaron torrenciales lluvias e inundaciones en el planeta Tierra.


Zecharia Sitchin llegó a esta conclusión al revisar algunas traducciones de textos de origen sumerio que tratan de predecir o profetizar el efecto que tendría el próximo acercamiento del planeta Nibiru en la Tierra y la humanidad.

“Si desde la posición de Júpiter, el planeta (Nibiru) pasa hacia el Oeste, habrá un tiempo para morar en la seguridad. La amable paz descenderá sobre la Tierra… Cuando el Planeta del Trono del Cielo crezca en brillo, habrá inundaciones y lluvias… Cuando Nibiru alcance su perigeo, los dioses darán paz; se resolverán los problemas, las complicaciones se aclararán.” 

Imagen que ilustra la colisión entre el planeta Nibiru y el desparecido planeta Tiamat.
La gigantesca órbita de Nibiru es consecuencia de esa colisión.

Cuando el texto anterior dice que “si el planeta Nibiru pasa por el Oeste de Júpiter habrá tranquilidad”, quizás nos trata de explicar que si el planeta de los Anunnaki no cruza exactamente por la zona del Sistema Solar donde se encuentra la Tierra, no habrán mayores catástrofes. Luego el texto nos advierte que si este planeta se acerca o “crece en brillo” habrán inundaciones y lluvias en la Tierra. La última parte del texto es bastante clara: “cuando Nibiru alcance su perigeo” es decir cuando este planeta se encuentre en el tramo de su órbita más alejado del Sol, entonces “los dioses darán paz, se resolverán los problemas.”

Según este texto, la cercanía o lejanía del planeta Nibiru era un asunto de extrema importancia que afectaba las condiciones de vida en la Tierra. Los pueblos de la antigüedad no sólo habrían esperado la llegada periódica del planeta Nibiru sino que también habrían seguido su avance en los cielos como medida de precaución ante las catástrofes que su cercanía provocaba.

“La aparición y desaparición periódica del planeta confirma la suposición de su permanencia en órbita solar. En este aspecto, el planeta Nibiru actúa como muchos cometas. Algunos de los cometas conocidos -como el Halley, que se acerca a la Tierra cada 75 años- desaparecían de la vista durante tanto tiempo, que a los astrónomos les resultaba difícil darse cuenta de que se trataba del mismo cometa. Otros de estos cuerpos celestes sólo se han visto en una ocasión para la memoria humana, y se supone que tienen períodos orbitales de miles de años. El cometa Kohoutek, por ejemplo, descubierto en Marzo de 1973, llegó hasta los 120.000.000 kilómetros de la Tierra en Enero de 1974, y desapareció por detrás del Sol poco después. Los astrónomos calculan que volverá a aparecer en algún momento entre los 7.500 y los 75.000 años en el futuro.”

Sitchin nos explica que las frecuentes apariciones de Nibiru en los cielos terrestres encontradas en varios textos antiguos, son prueba de que su órbita no puede ser tan grande como la del cometa Kohoutek.

Fotografía del cometa Kohoutek que tiene una órbita de 75,000 años. Sitchin
lo utiliza para demostrar que una órbita de 3,600 como la de Nibiru no es improbable.
 

LA DURACION DE LA ORBITA DE NIBIRU

La investigación sobre la duración de la órbita del planeta de los Anunnaki empieza con Beroso, el famoso astrónomo babilonio y está relacionada con una palabra clave: shar. Beroso menciona a diez soberanos caldeos que reinaron en la Tierra por 432,000 años desde que "el reino fue bajado del Cielo" hasta que "el Diluvio barrió la Tierra". Alejandro Polihistor, quien resumió los escritos de Beroso, escribió:
“En el segundo libro estaba la historia de los diez reyes de los caldeos, y los períodos de cada reinado, que sumaban en total 120 shar’s, es decir, 432.000 años; para llegar a la época del Diluvio.”
Si Polihistor sostuvo que los diez gobernantes reinaron por 432,000 años o 120 shars, una simple operación matemática nos permite deducir la duración de un shar.


432,000 ÷ 120 = 3,600

Un shar dura 3,600 años.

Cabe preguntarse ¿De dónde había obtenido Beroso esta información ¿Y qué tiene que ver con el planeta Nibiru?

En el siglo XIX se comprobó que Beroso no había inventado nada, se basó en una lista de reyes sumerios, conocida como WB444, que fue la que originó la tradición de los diez gobernantes antediluvianos. Aquí un fragmento.


“Después de que la realeza bajó del cielo, el reino estuvo en Eridug. En Eridug, A.LU.LIM se convirtió en rey; gobernó 28.800 años. A.LAL.GAR gobernó 36.000 años… El divino DU.MU.ZI, pastor, gobernó 36.000 años…”

La lista original de Beroso menciona a varios gobernantes mesopotámicos y detalla la duración milenaria de sus respectivos mandatos. Tomando en cuenta nuestros cálculos sobre el shar, sabemos que un rey gobernó por 10 shars, otro por 8 y así sucesivamente. El shar era la unidad de tiempo utilizada para medir los reinados en esa época.


El prisma de cuatro caras conocido como la "lista de reyes sumerios" o WB444. 
Sitchin fundamenta sus teorías sobre la órbita de Nibiru en este documento.
El mismo establece que la realeza o monarquía nibiruana bajó del cielo, y que desde
el reinado del primer rey hasta el Diluvio pasaron
 432,000 años.

Para Sitchin, la relación entre el shar y la órbita de Nibiru es evidente. Si el shar es la unidad de tiempo en la que se medían los reinados hace casi medio millón de años, esos reyes sólo podrían haber sido los Anunnaki del planeta Nibiru, ya que no tenemos ninguna evidencia de civilización humana en aquella época. Los Anunnaki contaban su reinado en orbitas del planeta Nibiru. Entonces, un shar de 3,600 años terrestres es una órbita completa de Nibiru, o simplemente un año Anunnaki.


EL AÑO DE NIBIRU Y EL AÑO TERRESTRE

Al margen de que un shar sea una órbita completa de Nibiru alrededor de Sol o un año Anunnaki, ¿Cómo podemos explicar reinados de 28,800 años de duración?

Sitchin tiene la respuesta. Para él, los reyes Anunnaki mencionados en la lista no cuentan los años de acuerdo a nuestras orbitas sino de acuerdo a las de su planeta de origen, Nibiru.

“Nuestro «año» es, simplemente, el tiempo que le lleva a la Tierra completar una órbita alrededor del Sol. Dado que la vida se desarrolló en la Tierra cuando ya estaba orbitando al Sol, la vida en la Tierra sigue el patrón de esta duración orbital. Vivimos tal cantidad de años porque nuestros relojes biológicos están ajustados a tal cantidad de órbitas de la Tierra alrededor del Sol. Existen pocas dudas de que la vida en otro planeta se «temporizaría» en función de los ciclos de ese planeta… ¿Qué ocurre si, como sugerimos, su órbita (Nibiru) alrededor del Sol durara 3,600 años? Entonces 3,600 de nuestros años serían sólo uno en su calendario, y también un solo año en su vida. El tiempo de mandato (reinado) del que hablan los sumerios y Beroso no sería, de este modo, ni «legendario» ni fantástico: sólo habría durado cinco, ocho o diez años de los Anunnaki.”

Según Zecharia Sitchin, estos reinados se contaban en shars u órbitas de Nibiru porque siempre empezaban y terminaban con un nuevo acercamiento del planeta de los Anunnaki a la región central del Sistema Solar. Los gobernantes empezaban su reinado con el aterrizaje en la Tierra y lo terminaban con el despegue.


Según Zecharia Sitchin, el planeta Nibiru tiene dimensiones parecidas a las
de 
Saturno. En la ilustración podemos ver el tamaño de Saturno 

comparado con el de la Tierra.

EL AÑO EN EL QUE LLEGARON LOS ANUNNAKI

Según Beroso, entre la llegada del primero de los reyes de la lista y el Diluvio Universal pasaron 432,000 años o 120 años Anunnaki. Si asumimos que el Diluvio sucedió alrededor del 12,000 AC. podemos entender cuando Sitchin afirma que los Anunnaki llegaron a la Tierra alrededor del 444,000 AC.

Debemos suponer que los Anunnaki tenían, hace medio millón de años, la tecnología para viajar en el espacio. Inclusive si los viajes sólo se realizaron cuando su planeta estaba cerca de la Tierra, necesitarían tecnología para realizar el viaje desde Nibiru hacia la Tierra.

EL PROXIMO REGRESO DEL PLANETA DE LOS ANUNNAKI

Si asumimos que el Diluvio fue consecuencia de uno de los acercamientos del planeta Nibiru a la región central del Sistema Solar, podemos calcular sus siguientes períodos orbitales. Si el Diluvio ocurrió alrededor del 11,500 AC, el siguiente paso de este planeta cerca a la Tierra habría ocurrido en el 7,900 AC, el siguiente en el 4,300 AC, luego en el 700 AC, y el próximo acercamiento podría ocurrir en el 2,900 de nuestra era.

Para terminar, entremos al terreno de la especulación. Si el Diluvio tuvo lugar hacia el 12,500 AC, Nibiru debió haber pasado cerca de la Tierra en los años 1,900, al no tener registro del evento podríamos concluir que Nibiru no existe. Pero, si el Diluvio tuvo lugar en el 12,400 AC, Nibiru debería pasar cerca de la Tierra entre el 2,000 y el 2,100.

El problema radica en que no tenemos una fecha exacta del Diluvio Universal, y por eso no podemos establecer con exactitud, de acuerdo a la teoría de Sitchin, cuándo tendría lugar el próximo acercamiento de Nibiru.

Es así como Zecharia Sitchin estableció la duración de la órbita de Nibiru, el planeta de los Anunnaki. En la siguiente entrega analizaremos un misterioso disco sumerio que narra el viaje que realizó el Anunnaki Enlil desde su planeta Nibiru hasta la Tierra.




[Continuará...]

Nibiru [I]: El Orígen
Nibiru [II]: El Enuma Elish
Nibiru [III]: La Orbita
Nibiru [IV]: La Ruta
Nibiru [V]: La Búsqueda

Las Crónicas Annunaki [I]
Las Crónicas Annunaki [II]
Las Crónicas Annunaki [III]
Las Crónicas Annunaki [IV]
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Los Annunaki. La Conexión Perú [V]
Los Annunaki. La Conexión Perú [VI]
Los Annunaki. La Conexión Perú [VII]

[Leer El Libro Perdido de Enki. Memorias de un Dios Extraterrestre.,
by Zecharia Sitchin]


Fotografía portada:  NGC 3372 Nebulosa Carina by NASA Hubble Space Telescope
Diagramación & DG: Pachakamakin


FUENTES:

★ Zecharia Sitchin. Book I of The Earth Chronicles. The 12th Planet. Harper Collins.
★ Zecharia Sitchin. Book II of The Earth Chronicles. The Stairway to Heaven. Harper Collins.
★ Zecharia Sitchin. Book III of The Earth Chronicles. The Wars of Gods and Men. Harper Collins.

7.24.2012

NIBIRU II: EL ENUMA ELISH

Por Alan Brain









Nibiru, según las teorías de Zecharia Sitchin, es el nombre del planeta de los Anunnaki, una raza de extraterrestres que llegó a la Tierra hace miles de años y vivió entre los humanos. Su presencia fue registrada en varias tablillas de arcilla y sellos cilíndricos utilizados por la civilización sumeria.


¿Se encontrará Nibiru en las fronteras de la vía láctea?


En la entrega anterior de esta serie revisamos los indicios que llevaron a Zecharia Sitchin a sostener que la civilización sumeria conocía un planeta que se oculta más allá de los confines del Sistema Solar, el planeta Nibiru.  En esta entrega, veremos el origen del nombre Nibiru y explicaremos como Sitchin interpreta el épico relato babilónico del Enuma Elish y lo convierte en la narración del primer cruce entre Nibiru y los planetas del Sistema Solar.


NIBIRU Y EL ENUMA ELISH

El Enuma Elish es un relato de origen babilónico que narra la creación del mundo. El héroe de la historia es el dios Marduk, quien derrotó al monstruo Tiamat.

Según la historia convencional, el Enuma Elish es un relato mitológico que fue escrito para justificar el ascenso de Marduk a la posición suprema entre los dioses babilónicos.
Sin embargo, para Zecharia Sitchin, el Enuma Elish es una detallada descripción científica que narra la formación del Sistema Solar y sobretodo, la primera catastrófica entrada del misterioso planeta Nibiru en el Sistema Solar.

Sitchin no es el único investigador que sostiene que el Enuma Elish narra una colisión estelar.  En 1902, el estudioso de la civilización sumeria Leonard William King, sostuvo que los dioses y monstruos del relato representaban componentes astronómicos. En su interpretación, Tiamat representa una estrella o constelación y Marduk representa al planeta Júpiter.

El historiador de la universidad de Cambridge D.S. Allan y el geólogo de la Universidad de Oxford, J.B. Delair realizaron una exhaustiva investigación multidisciplinaria, presentada en su libro Cataclismo. En este trabajo los investigadores sostienen también que el Enuma Elish narra una gran colisión en nuestro Sistema Solar que tuvo consecuencias catastróficas para la Tierra, aunque ellos la sitúan más cerca en el tiempo.


El Enuma Elish narra el triunfo del dios Marduk sobre el monstruo 
Tiamat. Para Sitchin, el relato es una descripción, en detalle, del nacimiento 
del Sistema Solar.


Al margen de las diferencias entre la teoría de Sitchin, la de Leonard King, y la de Allan y Delair, la idea central es la misma: el Enuma Elish narra una colisión estelar y no es una simple justificación para la ascensión del dios Marduk.

La versión más antigua que conocemos del Enuma Elish se encuentra escrita en unas tablillas de barro (datadas hacia el 650 AC) encontradas en la Biblioteca de Nínive. Esta narración que tiene como héroe al dios Marduk es, para Sitchin, una versión tardía de un relato original sumerio que tendría a los Anunnaki Anu, Enlil y Ninurta como héroes principales. 

Sitchin sostiene que fueron los Anunnaki quienes transmitieron el relato del Enuma Elish a los sumerios hace miles de años. Posteriormente, en Babilonia, se modificó a los personajes de la historia para incluir al dios Marduk como el héroe principal.

Antes de analizar algunos fragmentos del relato, es necesario conocer la relación que Sitchin establece entre los nombres de los planetas del Sistema Solar y los personajes de la epopeya babilónica pues eso nos ayudará a entender mejor sus conclusiones.


NIBIRU Y LOS PERSONAJES DEL ENUMA ELISH

En la primera columna de la izquierda de la siguiente tabla hemos puesto los nombres de los dioses del relato, en la segunda columna de la izquierda está la traducción que hace Sitchin del nombre de estos dioses, en la tercera tenemos el planeta del Sistema Solar que Sitchin identifica con cada dios, y en la última columna tenemos el planeta que Allan y Delair identifican con cada dios.


Tabla que indica el planeta que Sitchin le asignó a cada personaje 
o deidad que aparece en el Enuma Elish.


Veamos como empieza el Enuma Elish.

Cuando, en las alturas, el Cielo no había recibido nombre, y abajo, el suelo firme [la Tierra] no había sido llamado; nada, salvo el primordial APSU, su Engendrador, MUMMU y TIAMAT -la que les dio a luz a todos; sus aguas se entremezclaron. Ninguna caña se había formado aún, ni tierra pantanosa había aparecido.
Ninguno de los dioses había sido traído al ser aún, nadie llevaba un nombre, sus destinos eran inciertos; fue entonces cuando se formaron los dioses en medio de ellos.” [Extracto del Enuma Elish]

Sitchin interpreta el fragmento anterior del Enuma Elish de la siguiente manera:

“En la inmensidad del espacio, los "dioses" -los planetas- estaban aún por aparecer, por ser nombrados, por tener sus "destinos" -sus órbitas- fijados. Sólo existían tres cuerpos: "el primordial AP.SU" [Sol], MUM.MU [Mercurio] y TIAMAT -El planeta desconocido-.
Las «aguas» de Apsu y Tiamat se mezclaron, y el texto aclara que no se refiere a las aguas en las que crecen las cañas, sino más bien a las aguas primordiales, los elementos básicos generadores de vida del universo. Apsu, por tanto, es el Sol, "el que existe desde el principio". El más cercano a él es Mummu.
El relato deja claro más adelante que Mummu era el ayudante de confianza y emisario de Apsu: una buena descripción de Mercurio, el pequeño planeta que gira con rapidez alrededor de su gigante señor. De hecho, ésta era la idea que los antiguos griegos y romanos tenían del dios-planeta Mercurio: el rápido mensajero de los dioses.”

El texto inicial del Enuma Elish es, para la mayoría de historiadores convencionales, un relato mitológico del inicio de los tiempos. En cambio, para Sitchin, se trata de la historia del nacimiento de nuestro Sistema Solar.


El Enuma Elish se escribió en siete tablillas y el Génesis bíblico se desarrolló 
en siete dias. Dios descansó en el séptimo día del Genesis y la séptima 
tablilla del Enuma Elish es una apreciación de la obra de su dios. 
Las similitudes han sido producto de varias investigaciones.

“Antes de que [Lahmu y Lahamu] hubieran crecido en edad y en estatura hasta el tamaño señalado, el dios ANSHAR y el dios KISHAR fueron formados, sobrepasándoles [en tamaño]. Cuando se alargaron los días y se multiplicaron los años, el dios ANU se convirtió en su hijo -de sus antepasados un rival. Entonces, el primogénito de Anshar, Anu, como su igual y a su imagen engendró a NUDIMMUD.” [Extracto del Enuma Elish]

El texto anterior explica, según Sitchin, que mientras Marte y Venus -Lahmu y Lahamu- crecían en tamaño, un proceso que pudo tomar miles de años,  y alcanzaban las dimensiones que conocemos en la actualidad, aparecieron dos planetas más: Júpiter y Saturno. La frase “se alargaron los días y se multiplicaron los años” representa, según Sitchin, los largos períodos de tiempo que pasaron durante la formación de los planetas de nuestro Sistema Solar.  El texto también relata que Anu, identificado como Urano, engendró como su igual y a su imagen a Nudimmud, que Sitchin identifica como el planeta Neptuno. No es difícil darse cuenta que el planeta Urano y el planeta Neptuno son bastante similares en tamaño y posición dentro del Sistema Solar.

El Enuma Elish continúa con la aparición de los dioses restantes y Sitchin va identificando a cada uno con un planeta, de acuerdo a la tabla que tenemos más arriba. Aún no aparecen la Tierra, la Luna y Nibiru.  Según las teorías de Zecharia Sitchin, los dos primeros se formarían a causa de una gran colisión y el último vendría de los confines del Sistema Solar.


LA LLEGADA DE NIBIRU

Más adelante, el Enuma Elish nos explica que el misterioso, y ahora desaparecido, planeta Tiamat -que según Sitchin era más grande que Venus- perturbaba el orden de la recién creada familia del Sistema Solar.

“Los hermanos divinos se agruparon; perturbaban a Tiamat con sus avances y retiradas. Alteraban el "vientre" de Tiamat con sus cabriolas en las moradas del cielo. Apsu no podía rebajar el clamor de ellos; Tiamat había enmudecido con sus maneras. Sus actos eran detestables… molestas eran sus maneras.” [Extracto del Enuma Elish]

Sitchin traduce el párrafo anterior en términos astronómicos: los “avances y retiradas” de los planetas son una referencia a sus órbitas erráticas, “se agruparon” significa que sus órbitas los estaban poniendo en peligro de colisionar unos contra otros,  “alteraban el vientre de Tiamat significa que estaban interfiriendo en la órbita del planeta Tiamat,Apsu no podía rebajar el clamor de ellos” significa que la fuerza de gravedad que el Sol ejerce en los planetas no era suficiente para contrarrestar esta caótica situación.


Según la interpretación que hace Zecharia Sitchin del Enuma Elish,
el planeta fue quien atrajo al planeta Nibiru hacia el Sistema Solar.


El épico relato babilónico continúa narrándonos cómo el planeta Neptuno (el más alejado del Sol) atrajo a un nuevo invitado al Sistema Solar: el planeta Marduk, que Sitchin luego identificaría como Nibiru. Este nuevo cuerpo celeste llegó desde las profundidades del espacio exterior.

Según Sitchin, Nibiru tiene un tamaño similar al de Saturno, y en ese entonces, era un planeta joven que aún emitía radiaciones y causaba estragos en su recorrido. Zecharia Sitchin nos explica como fue la entrada de Nibiru en el Sistema Solar.

“El orden del tránsito -primero por Neptuno, después por Urano-indica que Marduk [Nibiru] estaba entrando en el Sistema Solar no en la dirección orbital del sistema -en sentido contrario a las manecillas del reloj-, sino en dirección opuesta, en el sentido de las manecillas del reloj.
Siguiendo el nuevo sendero, el recién llegado no tardó en verse atrapado por las inmensas fuerzas gravitatorias y magnéticas del gigante Anshar/Saturno y, luego, de Kishar/Júpiter. Su sendero se curvó aún más hacia dentro, hacia el centro del Sistema Solar, hacia Tiamat.

Mientras que el Enuma Elish nos cuenta que los dioses habían decretado que el destino de Marduk era enfrentarse a Tiamat, Sitchin explica que el texto se refiere a como la órbita de Marduk/Nibiru se alteró y lo encaminó irremediablemente hacia el planeta Tiamat.
La llegada de Nibiru causó problemas en la mayoría de planetas del Sistema Solar. Mientras Nibiru se acercaba a Tiamat, las fuerzas gravitatorias hicieron que de ambos cuerpos celestes se desprendieran grandes fragmentos que se convirtieron en satélites, volviendo la situación aún más caótica.


LA COLISION ENTRE NIBIRU Y TIAMAT


Nibiru chocó dos veces con Tiamat. En la primera colisión,  los satélites que se habían desprendido de Nibiru, a causa de las fuerzas gravitacionales de los planetas Saturno y Júpiter, protegieron al gran Nibiru e impactaron en el pequeño planeta Tiamat partiéndolo en dos.


Gráficos realizados por Zecharia Sitchin ilustrando la ruta
que llevó a Nibiru a chocar con Tiamat.


Sitchin sostiene que como resultado de este primer enfrentamiento varios de los cometas que conocemos.

“Lo más significativo es que, mientras que todos los planetas que conocemos circundan al Sol en la misma dirección (contraria a las manecillas del reloj), muchos cometas se mueven en sentido inverso. Los astrónomos no pueden decirnos cuál fue la fuerza o cuál fue el suceso que creó a los cometas y los arrojó a sus inusuales órbitas.
Nuestra respuesta: Marduk/Nibiru barriendo en sentido inverso, en su propio plano orbital, despedazó, destruyó la hueste de satélites de Tiamat hasta convertirla en pequeños cometas, afectándoles con su campo gravitatorio…”
Como resultado del primer choque, la parte superior de Tiamat se desprendió, se estrelló contra uno de los satélites sobrevivientes de Nibiru, y fue impulsada hacia la orbita que hoy tiene el planeta Tierra. Según esta teoría, la parte superior que se desprendió del planeta Tiamat es lo que hoy conocemos como el planeta Tierra.

En algún momento después de que Nibiru completó su primera órbita alrededor del Sol, se produjo la segunda colisión. Esta vez, Nibiru despedazó la parte inferior de Tiamat. Los fragmentos de Tiamat, con el tiempo, se convertirían en lo que hoy conocemos como el cinturón de asteroides. 


El único satélite sobreviviente de Tiamat fue atraído por la fuerza gravitatoria del pedazo superior de Tiamat, que hoy conocemos como el planeta Tierra, y terminó convirtiéndose en la Luna.



Para Sitchin, la Tierra y la Luna se formaron como consecuencia de la colision entre el planeta Nibiru y el planeta Tiamat. [Foto por TJ.Blackwell]


Luego del triunfo de Marduk, el relato babilónico le cambia de nombre al héroe y lo empieza a llamar Nibiru.

Zecharia Sitchin se basó en el siguiente párrafo para bautizar a su nuevo planeta como Nibiru. 

Nibiru resguardará el portal entre el cielo y la tierra; Aquellos que no pudieron cruzar por arriba o por abajo, deben siempre pedir su autorización. Nibiru es la estrella que brilla en el cielo.” [Extracto del Enuma Elish]
Así es como Sitchin describe el nacimiento de la Tierra y la catastrófica primera entrada de Nibiru al Sistema Solar.

Para la mayoría de astrónomos e historiadores, Marduk o Nibiru es el planeta Júpiter. Para otros, es la estrella Canopus o un cometa.  Según Zecharia Sitchin, Nibiru es el planeta de origen de los Anunnaki, quienes vinieron a la Tierra hace medio millón de años y convivieron con los humanos.

En la siguiente entrega veremos como Sitchin dedujo la órbita del planeta Nibiru.




[Continuará...]

Nibiru [I]: El Orígen
Nibiru [II]: El Enuma Elish
Nibiru [III]: La Orbita
Nibiru [IV]: La Ruta
Nibiru [V]: La Búsqueda

Las Crónicas Annunaki [I]
Las Crónicas Annunaki [II]
Las Crónicas Annunaki [III]
Las Crónicas Annunaki [IV]
Los Annunaki. La Conexión Azteca [I]
Los Annunaki. La Conexión Azteca [II]
Los Annunaki. La Conexión Perú [I]
Los Annunaki. La Conexión Perú [II]
Los Annunaki. La Conexión Perú [III]
Los Annunaki. La Conexión Perú [IV]
Los Annunaki. La Conexión Perú [V]
Los Annunaki. La Conexión Perú [VI]
Los Annunaki. La Conexión Perú [VII]

Portada: NGC 2264 Nebulosa del Cono, NASA Hubble Space Telescope
Diagramación & DG: Pachakamakin


FUENTES:

★ Zecharia Sitchin. Book I of The Earth Chronicles. The 12th Planet. Harper Collins.
★ Giorgio de Santillana and Hertha Von Dechend. Hamlet’s Mill. Nonpareil book.
★ D.S.Allan and J.B. Delair.-Cataclysm. Bear & Company.